Teléfonos en la década de 1920
A pesar de los argumentos sobre quién realmente inventó el teléfono, ha sido un área de tremendo avance científico durante el último siglo. Las comunicaciones telefónicas, poco más que un pasatiempo en el siglo XIX, evolucionaron de modo que en la década de 1920 se comenzaron a realizar muchos avances que permitieron que esta revolucionaria forma de comunicación estuviera disponible para todos.
Diseño de velas
Este diseño clásico es lo que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en teléfonos antiguos. Consistía en un soporte, parecido a un candelabro, en el que hablabas, y un dispositivo de escucha portátil conectado al costado del soporte principal. Todavía se usaba mucho en la década de 1920, pero pronto sería reemplazado por un diseño similar con un dial en el frente para llamar directamente a los números.
Auricular
Originalmente llamado diseño francés, este concepto incorporó un dispositivo de habla y escucha todo en uno con un carro que sostenía el auricular y el dial. Esto está mucho más cerca del diseño moderno del teléfono, pero no se usó mucho durante muchos años porque todavía era bastante caro.
Intercambios automatizados
Uno de los avances más significativos en las comunicaciones telefónicas en la década de 1920 fue la llegada de los intercambios automatizados. Anteriormente, las personas necesitaban contactar a un operador que luego conectaba la llamada. Los intercambios automatizados permitieron marcar números personalizados desde casa y conectarlos directamente. Este avance fue posible gracias a las mejoras en los transmisores y el diseño del teléfono.
Materiales
Otro gran avance que tuvo lugar durante la década de 1920 fue en los plásticos. Las innovaciones en esta área tuvieron un gran efecto en la forma en que se diseñaron y operaron los teléfonos. Los plásticos, como la baquelita, se podían moldear en una sola pieza, lo que facilitaba mucho la fabricación de la carcasa. Esto hizo que el teléfono no solo fuera más ergonómico, sino también más barato de comprar. En segundo lugar, el hecho de no tener que fabricar la carcasa de metal facilitó el diseño del mecanismo real porque todas las piezas de trabajo podían estar contenidas y protegidas en una carcasa dura.